sust. masc.
1) Actitud espiritual, cultural, política, etc, orientada hacia el futuro.
2) Movimiento artístico italiano. Fundado por F.T. Marinetti como movimiento poético de vanguardia con el Manifiesto publicado en París (febrero de 1909) se desarrolló sobre todo después de la adhesión de un grupo de artistas que firmaron en Milán el Manifiesto de los pintores futuristas (11 de febrero de 1910) y el posterior Manifiesto técnico. Se trataba de U. Boccioni, C. Carra y L. Russolo (Clán), de G. Severini (Pans) y de G. Balla (Roma). La batalla futurista había nacido de una violenta polémica contra el tradicionalismo cultural y el "pasatismo" biempensante y burgués. Animados por una conciencia vitalista, con referencias a Bergson y a Nietzsche, los pintores futuristas y Marinetti ideologizaron fuertemente el gesto y la palabra, y al mismo tiempo llevaron a cabo una profunda elaboración de su temática y su lenguaje (Balla, Luces de la calle, Estudio de luces, Nueva York, Mus. of Modern Art; Russolo, Birmingham, Winston Coll.; pinturas realizadas alrededor de 1910). Junto a la poesía y la pintura no estuvieron ausentes obras de escultura (Boccioni y Balla) y la renovación de la concepción musical con los Manifiestos (1910-14) y la escritura sonora de B. Pratella y de L. Russolo. El primer f, debe considerarse concluido en 1916. cuando los pintores advirtieron los primeros signos de la crisis social y política a partir de la Guerra Mundial: la actividad del grupo se disolvió y cambió también el sentido de la búsqueda. Sólo después del conflicto nació un segundo futurismo que nunca encontró la unidad creativa y la fuerza del grupo primitivo. A Balla y Depero se unieron arquitectos y pintores de Roma, Milán y Turín. El recurso extremo del futurismo fue la aeropintura, que terminó por identificar una débil puesta al día de los contenidos (la pintura del paisaje desde un avión en vuelo) del núcleo de su propia búsqueda temática.